Parashá Beshalaj - Golpear la piedra con piedra

Escrito por el Rabino Meir Elkabas



La Prueba del Agua en Refidim


En la Parshat BeShalach, el pueblo judío llega a Refidim y enfrenta una gran prueba: no hay agua. En lugar de recurrir a Hashem con fe, se pelean con Moshe(Moisés), exigiendo agua y cuestionando si realmente Hashem está con ellos. Su queja se intensifica: “¿Por qué nos sacaste de Egipto para morir de sed?” Moshe(Moisés), angustiado por sus acusaciones, clama a Hashem, temiendo que incluso lo apedreen. Hashem le instruye a Moshe que tome su bastón (el mismo que usó para golpear el Nilo) y golpee una roca, haciendo que de ella brote agua para el pueblo. Este lugar recibe el nombre de Masa U’Meriva, representando tanto su prueba a Hashem (Masa) como su disputa con Moshe (Meriva).


¿Por qué golpear la roca?


Hashem podría haber proporcionado agua de muchas maneras: un manantial natural, lluvia u otro milagro visible. Sin embargo, elige el método inusual de que Moshe(Moises) golpee una roca con su bastón. ¿Por qué?


Rashi explica que el bastón de Moshe(Moisés) estaba hecho de Sanpirinon, un material irrompible capaz de dividir la roca. La roca misma simboliza algo rígido, cerrado y aparentemente sin vida (igual que la fe de la nación en ese momento). El golpeo de la roca representa el proceso de emuná bajo presión (algunas veces la fe se accede fácilmente, pero otras veces debe ser atravesada por la fuerza.)


Este momento prepara el escenario para un tema más amplio: cómo manejamos las pruebas de fe y cómo nuestra emuná es desafiada cuando nos sentimos abandonados. Pero, ¿por qué su reacción fue tan extrema? ¿Por qué cuestionaron la presencia de Hashem de manera tan fuerte, y por qué fue necesario golpear la roca en lugar de permitir que el agua llegara de una manera más suave?


El desafío del agua y la prueba de la fe


El pueblo judío enfrenta una prueba profunda cuando llega a Refidim y no encuentra agua. Su respuesta no es de fe, sino de queja y duda, cuestionando si Hashem realmente está con ellos. Hashem instruye a Moshe(Moises) a golpear una roca con su bastón, y milagrosamente, el agua brota. Este método inusual para obtener agua es profundamente simbólico: representa el proceso de encontrar obstáculos en la vida y la necesidad de romper a través de ellos para acceder al sustento divino.


Una persona que busca acercarse a Hashem debe enfrentar un revés antes de poder avanzar. Cuando se acepta con humildad, estos contratiempos permiten a la persona expresar sus anhelos más profundos. Así como la roca contenía agua oculta, detrás de cada obstáculo se encuentra una abertura para la abundancia divina.


El propósito de golpear una pared


Rabi Natan de Breslev, en su explicación de Likutey Moharan Lección 24, amplía esta idea: una persona que busca crecer espiritualmente inevitablemente se encontrará con una pared. Esto se conoce como Betisha ( ser golpeado contra una pared y empujado hacia atrás). Ya sea en temas de familia, sustento, salud o santidad personal, el camino hacia Hashem nunca es fácil. Una persona llega a un punto en el que se siente bloqueada, incapaz de avanzar, como si se le estuviera negando el acceso a niveles más elevados de conexión con Hashem.


Sin embargo, el propósito de este revés no es alejar a la persona(es provocar un anhelo más profundo). Cuando una persona clama, expresando su deseo de acercarse a Hashem a pesar de la dificultad, ese mismo clamor es lo que permite que ocurra el avance. Así como el bastón de Moshe (también hecho de roca quebró la piedra), revelando el agua oculta de igual manera, una persona debe soportar la experiencia de ser “golpeada” para poder acceder a la abundancia oculta que espera al otro lado.


El error de quejarse


El pueblo judío estaba siendo probado, y su fracaso estuvo en su respuesta. En lugar de clamar con fe, dudaron de la presencia de Hashem. Si hubieran aceptado la prueba con humildad, si se hubieran dirigido a Hashem y dijeran, “¡Confiamos en Ti, Hashem! Sabemos que no merecemos Tu bondad, pero solo queremos seguirte”, entonces el agua podría haber salido de manera natural, sin la necesidad de que Moshe golpeara la roca.


Debido a que fracasaron en esta prueba, se volvieron inmediatamente vulnerables a otro ataque(el ataque de Amalek). Como explica el Midrash, Hashem era como un padre que lleva a su hijo sobre sus hombros, pero el niño aún preguntaba a extraños, “¿Has visto a mi padre?” Esta falta de reconocimiento llevó a Hashem a poner al niño brevemente en el suelo(permitiendo que Amalek, como un perro, viniera y mordiera). Este doloroso episodio tuvo como propósito recordar al pueblo judío que Hashem había estado con ellos todo el tiempo.


Expresar anhelo frente a los contratiempos


La reacción del pueblo judío ante su sed enseña una lección crucial sobre la fe y la perseverancia. En lugar de responder con confianza y anhelo hacia Hashem, se quejaron y dudaron de Su presencia. Su prueba no era solo sobre la sed (era sobre cómo reaccionarían cuando se enfrentaran a la dificultad). La respuesta ideal no era exigir agua, sino clamar, "¡Hashem, solo queremos acercarnos a Ti!" Si hubieran hecho esto, habrían merecido la salvación sin sufrir el ataque de Amalek.


El simbolismo de la roca y el bastón de Moshe


Hashem podría haber proporcionado agua de muchas maneras, sin embargo, le ordenó a Moshe golpear una roca con un bastón hecho de Sanpirinon, un material parecido al zafiro. Este acto refleja el proceso de crecimiento espiritual: una persona que busca acercarse a Hashem debe encontrar una pared, un revés, y ser empujada hacia atrás antes de poder avanzar. Cuando se aceptan con humildad, estos contratiempos permiten a la persona expresar sus anhelos más profundos. Así como la roca contenía agua oculta, detrás de cada obstáculo hay una abertura para la abundancia divina(si uno responde con la actitud correcta).