ParaSha Nasso El Acceso a Kéter del Nazir

Escrito por el Rabino Meir Elkabas



Un nuevo comienzo espiritual


La parashá Nasso siempre se lee después de Shavuot y se entiende como un reinicio espiritual. Tras la elevación de Pésaj, el conteo del Omer y la entrega de la Torá (Matan Torá), esta parashá inicia el camino hacia adelante, integrando todo lo que hemos adquirido. Es la parashá más larga de toda la Torá, y encierra algunas de las enseñanzas más extensas y profundas del Midrash y el Zohar—en particular, el Idra Rabá, un texto místico fundamental que comienza con el concepto del cabello, tal como se ve en las leyes del Nazir.



La desviación de la Sotá


La parashá yuxtapone a dos figuras que, en apariencia, no están relacionadas: la Sotá( la mujer descarriada), y el Nazir,( el asceta que se abstiene del vino). La Sotá es una mujer casada sospechosa de adulterio. Rashi explica que su pecado tiene raíz en la shtut(la insensatez). Un ruaj shtut, un espíritu de irracionalidad, se apodera de ella. Desde un punto de vista lógico, sus acciones no tienen sentido. Incluso si está insatisfecha en su matrimonio, el camino de la traición solo conduce a la destrucción: pérdida de familia, de hijos y de estabilidad futura. Sin embargo, ella actúa no desde la razón, sino desde un impulso irracional


La perspectiva de Rabi Najman de Breslev nos permite ver más profundo: cuando el alma se desconecta de su fuente, se vuelve vulnerable a la confusión. La mujer que se convierte en Sotá ha perdido su centro espiritual. Su traición no es solo hacia su esposo, sino hacia toda la estructura espiritual que sostiene su vida.




La respuesta del Nazir: separación espiritual


Inmediatamente después de la sección de la Sotá, la Torá presenta al Nazir. Esta es una persona que hace un voto para abstenerse de todo lo derivado de la uva—especialmente el vino—y también se abstiene de cortarse el cabello o entrar en contacto con los muertos.


¿Por qué aparece el Nazir? Nuestros Sabios (Jazal) explican que la proximidad de estos dos pasajes es intencional. El Nazir ve la caída de la Sotá y se siente impulsado a crear distancia frente a los placeres y las indulgencias físicas que pueden llevar a una caída similar. El vino, que puede conducir a una relajación moral, se convierte en el foco principal de su abstención. El cabello largo del Nazir—que normalmente se recorta y se mantiene pulido—es dejado crecer, simbolizando un estado espiritual que trasciende los límites convencionales. Asimismo, evita el contacto con los muertos, como un Kohen, elevando su nivel de pureza y sensibilidad espiritual.


Rashi pregunta: ¿Por qué la sección sobre el Nazir está colocada justo después de la historia de la Sotá? Él responde con un principio fundamental: “Quien ve a una Sotá en su desgracia, que se haga Nazir.” La idea no es señalar con el dedo hacia afuera, sino mirar hacia adentro. Si a alguien se le muestra la caída de otro—una mujer que actuó bajo un ruaj shtut (espíritu de insensatez) y destruyó su vida—es una señal del Cielo de que ese espectador también debe examinarse a sí mismo. La Torá no dice “ve y arregla el mundo”, sino “comienza por arreglarte a ti mismo”.


El camino del Nazir comienza con el vino, que está asociado con la pérdida de límites y la caída en comportamientos inmorales. El vino, cuando no se usa en santidad, puede llevar a la lujuria y la envidia, especialmente hacia relaciones prohibidas. Al abstenerse voluntariamente del vino y asumir restricciones adicionales como dejar crecer su cabello y evitar la impureza, el Nazir redirige su energía hacia su interior para fortalecer su conexión con Hashem.




Una mirada de Breslev: lo que ves refleja quién eres


Rabi Najman de Breslev desarrolla esta idea aún más. En Likutey Moharán I, lección 5, enseña que cuando una persona ve conflictos entre tzadikim, no se trata de una realidad externa—es un reflejo de imperfecciones internas, especialmente en el área de la santidad personal. El conflicto en sí mismo no es el problema; el hecho de que uno lo perciba, sí lo es. El mensaje espiritual es: “Si estoy viendo esto, debo ser yo quien tiene un problema.”


Rabi Natan de Breslev amplía esta idea en su explicación de la historia agádica de Rabí Yehoshúa ben Jananiá y los sabios de Atenas (ver edición BRI de Likutei Moharán, volumen 4, Likutei Halajot pág. 11). A través de una brillante historia de huellas invertidas, guardianes internos y engaños, Rabi Natan revela el mismo mensaje fundamental: la percepción no es neutral. Lo que ves está moldeado por tu propio estado espiritual. Si encuentras disfunción o discordia, tu respuesta no debe ser analizar o juzgar, sino volverte hacia tu interior y reparar.


Rabi Natan explica que el acto de Rabí Yehoshúa ben Jananiá de invertir sus sandalias es profundamente simbólico. La sandalia representa la fisicalidad, la lujuria y la conexión con el mundo material. Cuando Hashem le dice a Moisés en la zarza ardiente que se quite las sandalias —“Shal na’alecha me’al raglecha”—el Zohar interpreta esto como un llamado a la pureza espiritual total. La “sandalia” representa incluso los deseos físicos permisibles, que Moisés debe abandonar para alcanzar la cercanía Divina.


Así también, cuando Rabí Yehoshúa invierte sus sandalias, significa que el tzaddik se está purificando, eliminando hasta el más mínimo rastro de ta’avah material. Rabi Najman de Breslev compara esto con el curtido del cuero: el cuero recién curtido aún conserva su olor, pero con el tiempo y la refinación continua, el olor desaparece por completo. El “olor” de deseo físico del tzaddik desaparece totalmente mediante el trabajo espiritual constante.


Por lo tanto, explica Rabi Natan, cuando el tzaddik se enfrenta a la oposición espiritual—los guardianes en la entrada—no los combate directamente. En cambio, trabaja en sí mismo. Refina su carácter, intensifica su trabajo interno, y los obstáculos caen por sí solos. Esta es la verdadera batalla del tzaddik: la refinación, no la resistencia.


Esta mirada reinterpreta completamente la historia de la Sotá y el Nazir. La caída del otro no es para espectáculo o juicio, sino un mensaje Divino que nos llama a todos a elevarnos.


Seguir el consejo de los tzadikim no solo nos protege del caos espiritual, ¡sino que lo transforma activamente! Por este mérito, podemos esperar reconstruir el Tercer Templo rápidamente en nuestros días.




Ver el mal es un llamado a elevarse


Volviendo a la explicación de Rashi sobre el Nazir, aplica el mismo principio. ¿Por qué la Torá yuxtapone al Nazir con la Sotá? Porque si alguien ve la caída de otro—un caso de inmoralidad, locura o comportamiento irracional—no es simplemente “mala suerte.” Es un mensaje espiritual de Hashem: “Necesitas crecer.” Si ves un problema en el mundo, la Torá no te dice que vayas a arreglarlo, sino que comiences por arreglarte a ti mismo.


En el mundo de hoy, a menudo vemos cosas que son profundamente irracionales e inmorales, defendidas como si fueran nobles y verdaderas. La guía de la Torá no es luchar contra molinos de viento, discutir con la locura o gastar energía debatiendo lo indefendible. Rabi Najman de Breslev enseña en su lección final, Likutey Moharán II, 8, que la reprensión es una herramienta santa—pero solo en manos de quien realmente lo merece. La mayoría de las personas, cuando intentan reprender a otros, hacen más daño que bien.


Entonces, ¿qué debemos hacer? Convertirnos en el tipo de persona que puede elevar a otros. Y hasta entonces—refinarnos a nosotros mismos. Así como el Nazir se abstiene del vino para evitar la espiral descendente, también nosotros debemos evitar la locura que nos rodea elevándonos, no discutiendo con la oscuridad.




Alcanzando el Kéter: el papel del Nazir y el Neder(voto)


El lenguaje de la Torá en la sección del Nazir es profundamente rico y simbólico. El versículo dice: “ki yafli lindor neder nazir”—cada palabra con un significado místico profundo.


Rabi Najman de Breslev y Rabi Natan de Breslev enseñan que pele(maravilla del verbo yafli, que es asombrar) se refiere al Kéter, el nivel espiritual más alto, que representa la corona más allá del intelecto y la comprensión. Cuando una persona se enfrenta al caos espiritual y a la irracionalidad—como al presenciar la caída de la Sotá—su única respuesta es elevarse por encima de la razón. Aquí es donde entra el neder, el voto. Al hacer un voto, la persona se restringe voluntariamente de una manera que la Torá no exige, creando así un nuevo nivel de Torá para sí mismo. Esta restricción autoimpuesta activa una conexión con la puerta número 50, la nun(letra que vale 50) que simboliza el Kéter.


Rabi Najman de Breslev y Rabi Natan de Breslev explican que esta conexión permite el acceso al Pele—la Or Ein Sof, la Luz Infinita. El estudio ordinario de la Torá y la observancia de las mitzvot pueden no ser suficientes para combatir el espíritu de la insensatez. Pero cuando una persona se eleva voluntariamente a través de un neder, especialmente si el voto se cumple de inmediato—como donar caridad declarando el acto como voto (ver Likutei Moharán, lección 57)—se conecta con un reino superior que le permite enfrentar y anular esa irracionalidad.



Nazir y Nézer: Separación y Elevación


El Nazir se separa del vino, de la impureza e incluso del corte de cabello. Pero esta separación no es una retirada, sino una elevación. La raíz de Nazir es nézer, que también significa corona. Una corona reposa por encima de la cabeza del rey, simbolizando algo que está más allá del intelecto y por encima del nivel actual del individuo.


El Nazir adopta esta corona de separación para alcanzar el Kéter. Se abstiene del vino porque, como explica Rashi, el vino conduce a la inmoralidad cuando no se consume con santidad. Evita la impureza, incluso por familiares cercanos, porque su objetivo es la pureza en el nivel más elevado. La Torá dice: “ki nézer Elokav al rosho”—el nézer de su Dios está sobre su cabeza. Él porta la corona de la santidad.


La transformación es asombrosa. Normalmente, el cabello es considerado, en las enseñanzas cabalísticas, como un recipiente para los dinim (juicios severos), razón por la cual se debe mantener corto. Pero en el caso del Nazir, su cabello en crecimiento—normalmente asociado con constricción—es transformado en compasión. Al final del período de su voto, el Nazir se afeita el cabello y este es quemado como combustible bajo el korbán que ofrece—su cabello se convierte en parte del servicio a Hashem.


Esto representa una reversión total. Así como la Sotá desciende hacia la locura, la irracionalidad y la desvergüenza, el Nazir asciende abrazando la restricción, la humildad y la santidad. Sus direcciones son opuestas. La Sotá está sumida en la vergüenza; el Nazir transforma el juicio en misericordia.



Shimshón, el Nazir, y la batalla contra la falta de límites


Para contrarrestar el descenso hacia la irracionalidad y la locura, la Torá proporciona una herramienta espiritual radical: la transformación. El cabello del Nazir, normalmente un recipiente para los dinim (juicios severos), es dejado crecer y luego ofrecido en sacrificio. El mismo símbolo de constricción se convierte en un canal de misericordia. Esta inversión nos enseña que los extremos de impureza espiritual solo pueden enfrentarse con extremos de santidad.


Esto nos ayuda a entender a Shimshón HaGibor. Shimshón fue Nazir desde el nacimiento, designado por decreto Divino para vivir una vida de separación y santidad extrema. Fue precisamente este estilo de vida—sin vino, sin contacto con la muerte, sin cortarse el cabello—lo que le permitió someter a los Plishtim, una nación que representa la klipá de mefulash, la falta total de límites. Rabi Natan de Breslev explica que los Plishtim (de la palabra mefulash) simbolizan una visión del mundo de apertura total, sin restricciones morales ni espirituales—un extremismo caótico en cualquier dirección.


No se puede discutir con una fuerza así. No se puede debatir. No hay lógica que combatir. Lo que funcionó fue que Shimshón encarnó el Kéter, activado a través de su estatus de Nazir. En su muerte, sometió a más enemigos que en toda su vida—mostrando que no es el esfuerzo racional, sino la alineación espiritual con la luz más elevada lo que trae la redención.



El Camino a Seguir: Acceder al Kéter Hoy en Día


Hoy en día, no tenemos Nezirim reales. No contamos con los procedimientos del Beit HaMikdash para la Sotá o el Nazir. Pero seguimos librando la misma batalla espiritual. Vemos la irracionalidad desbordada en la sociedad. Las respuestas seculares—protestas, enfrentamientos—no son suficientes. Incluso las respuestas religiosas convencionales—incrementar el estudio de Torá, cuidarse del Lashón Hará, etc.—aunque importantes, no siempre bastan.


Lo que necesitamos ahora es el Kéter. Acceder al nivel 50, al Pele, a la luz infinita que trasciende la lógica. Esto solo es posible a través de los tzadikim, quienes revelan consejos prácticos para nuestra generación. Su guía nos brinda una forma de conectar con el Kéter incluso en ausencia de los rituales del Templo.


Siguiendo los consejos de estos tzadikim, no solo nos protegemos del caos espiritual—lo transformamos activamente, cambiando la lucha mediante la elevación en lugar de la confrontación. Con este mérito, podemos tener la esperanza no solo de resistir la confusión de nuestros tiempos, sino de reconstruir, de regresar a Yerushalayim y de ver el Tercer Beit HaMikdash pronto en nuestros días.